Construido en el año 1790, se trata de un edificio civil, situado en la entrada a la localidad, junto a la carretera que conduce hacia la vecina ciudad de Orihuela.
El Pósito, en su genuino carácter, fue una institución cuyo objeto era el almacenamiento de herramientas de labranza así como granos para abastecer a los vecinos, especialmente en épocas de escasez, tanto para la siembra como para el consumo propio, librándolos así de caer en las manos de la usura. De esta forma se podían paliar las malas cosechas y las crisis de subsistencia.
Pese a su funcionalidad como almacén de grano, presenta notables valores arquitectónicos y artísticos. Mantiene su estructura exterior, presentando una portada adintelada sobre la cuál encontramos la lápida fundacional.
Aunque el origen de estos edificios es romano, también se construyeron durante época musulmana y, durante el reinado de los Reyes Católicos, el número de pósitos en España se incrementó considerablemente.
En nuestra ciudad, como en otras de especial significado, existía lo que se conocía como Camino Real, vía de comunicación que poseían las poblaciones de importancia, conectándolas entre sí. Alrededor de este camino se concentraba la actividad comercial y los edificios principales, tanto religiosos como civiles, como es el caso de este Real Pósito.
En la historia de nuestro país, pocas instituciones han conseguido sobrevivir a los cambios políticos, sociales y económicos con tanto acierto como los Pósitos.