Esta tradición consiste en la colocación de una cruz de flores y ramas de sauce en las ventanas, balcones, patios, etc., de las casas de las calles más importantes del municipio antes del día 3 de mayo, en el que, al amanecer, una comitiva popular amenizada con el canto de los auroros y presidida por una gran cruz de mayo, se dirige desde el templo monumental de San Martín hasta la explanada de la Ermita de San Roque desde donde se divisa casi toda la comarca, entonando la Letanía de los Santos, para proceder a la Bendición de los Términos y de las Cruces de Mayo. Los distintos barrios y calles compiten para que sus cruces sean las más hermosas y vistosas. Esta tradición extendida por toda la Vega del Segura entronca en la tradición pagana de tiempo de los romanos, la exaltación del equinoccio de la primavera en la que un tronco seco era revestido de vegetales y flores y que la tradición cristiana sustituyó por el madero de la Cruz como símbolo del renacer sobre lo viejo, y esto, añadido a la tradición del hallazgo de la Santa Cruz de Cristo por Santa Elena, madre del Emperador Constantino, el 3 de mayo, hizo que esta celebración se hiciera en esta fecha.