El origen de los primeros pobladores de Callosa se remonta a la Prehistoria. Si bien se conocen yacimientos calcolíticos (3000 – 2000 a.C.), son los de la Edad del Bronce (1800 – 1200 a.C.) los verdaderamente relevantes y significativos. En efecto, los yacimientos conocidos como Laderas del Castillo son un valiosísimo exponente de la Cultura de El Argar, habiendo proporcionado una rica variedad tipológica de materiales que, en la actualidad, se exponen en el Museo Arqueológico Municipal.
Durante las épocas ibérica y romana nuestra ciudad también estuvo ocupada, existiendo abundantes restos que así lo confirman.
La ocupación árabe se produjo en momentos tempranos, conservándose los restos de un castillo y de su complejo sistema defensivo de finales del siglo IX principios del siglo X, sitiado por Abderramán III en el año 924 ante la sublevación de Al-Aslami, señor de Qalyusa. Recientemente se han podido descubrir, en varias excavaciones arqueológicas, la necrópolis y diversos vestigios de esta alquería islámica.
De esta etapa musulmana está arqueológicamente constatada su pervivencia hasta la dominación almohade, es decir finales del siglo XII – comienzos del siglo XIII. Sería precisamente en la segunda mitad de este siglo cuando un rey cristiano, Jaime I, conquistó nuestra ciudad, concretamente el 11 de noviembre de 1265, festividad de San Martín, de aquí la adscripción de nuestra iglesia al Obispo de Tours.
Jaime I, Rey de Aragón, se la entregó a su yerno, Alfonso X El Sabio, por lo que pasamos a pertenecer a la Corona de Castilla hasta que, el 8 de mayo de 1296, Jaime II, nuevo rey de Aragón, volvió a conquistar Callosa, esta vez a los castellanos. Tras ocho años de discusiones con éstos, se produjo la Sentencia Arbitral de Torrellas el 18 de octubre de 1304, por la que definitivamente pasamos a formar parte de la Corona de Aragón y, por tanto, del Reino de Valencia.
Callosa siguió siendo un pequeño lugar, llamado Callosa de Orihuela, hasta que el 4 de noviembre de 1579 se consiguió la segregación de los oriolanos y se constituyó el primer Ayuntamiento independiente.
Gracias a un privilegio concedido el 18 de agosto de 1638 por el rey D. Felipe IV de Austria, Callosa fue elevada al rango de Villa y con el título de Real. Este mismo monarca le concedió entrada y voto en Cortes en 1645.
Cuando Fernando VII accedió al trono en 1808 le otorgó el título de Fidelísima, y el de Ilustre en 1825 cuando fue repuesto en el mismo.
Ya en el siglo XX, concretamente el 10 de noviembre de 1925, se publicó un Decreto elevándola a Ciudad, fruto de la visita efectuada por Alfonso XIII el 4 de abril de ese mismo año.